Misericordia de Dios
Encomiéndate a
Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el
tiempo que están más secas las esperanzas.
En un principio
Dios hizo un mundo distinto para cada hombre, y que es en ese mundo, que está
dentro de nosotros mismos, donde deberíamos intentar vivir.
Dios no manda
cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que
puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas.
Dios no quiere exactamente que seamos felices, quiere que seamos capaces de amar y de
ser amados, quiere que maduremos, y precisamente porque Dios nos ama nos
concedió el don de sufrir; o por decirlo de otro modo: el dolor es el megáfono
que Dios utiliza para despertar a un mundo de sordos; porque somos como bloques
de piedra, a partir de los cuales el escultor poco a poco va formando la figura
de un hombre, los golpes de su cincel que tanto daño nos hacen también nos
hacen más perfectos.
La voz interior te
dice que sigas combatiendo contra el mundo entero, aunque te encuentres solo. Te
dice que no temas a este mundo sino que avances llevando en tí nada más que el
temor a Dios.
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